domingo, 10 de enero de 2010

Zassross 36

Zassross se llevó el pergamino y regresó por el pasadizo, al rato el ruido de gente le hizo percatarse de personas fuera de la casa.

La sacerdotiza del templo entró alumbrando con una llama que danzaba sobre su mano. -Imbécil, le dijo. Tu imprudencia nos ha echo perder el tiempo tenemos una investigación seria en curso!- Dijo la sacerdotiza. -Y nada encontrarás que no hallamos visto nosotros...-

Pero Zassross se limitó a ignorarla. Se concentró en leer el pergamino. Era un pergamino viejo y estaba deteriorado por la humedad. Lo que alcanzó a entender fue: ... Eideir, te encargo a mi único hijo a quien lleva el nombre de Zassross... solo hay una manera de acabar con esta guerra...todo esto es para él, parte de los tesoros que he acumulado, otra parte se la dejo al templo, cuídalo hasta que sea un adulto, Zassriem.

Terminó de leer y la sacerdotisa seguía gritándole. Zassross se limitó a levantar la mirada y decir. -Todos fuera de mi casa...-

Luego se quedó en el lugar donde estaba pensándo qué hacer hasta quedar dormido. Esa noche soño con su padre adoptivo, cuan distante parecía siempre y sin embargo siempre se ocupó de que nada le faltara. A diferencia de él su madre adoptiva siempre lo trató con amor, como a un hijo, y era a quién más amaba en la vida.

Qué decide hacer:

a) Poner una recompensa por pistas del asesino.
b) Ir a buscar un adivino para que le dé información.
c) Contratar a alguien para que investigue.

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