jueves, 19 de junio de 2008

Historia por voto 6

Zzassross, se acercó a ella lentamente temiendo lo peor; para gran alivio, notó que aun respiraba. Así inconsciente se veía muy tierna e indefensa. Sin pensarlo Zzassross se vio a si mismo acercando sus labios hacia el rostro de su captora, pero intempestivamente sacudió su cabeza y se dijo a si mismo -¡No hay tiempo que perder!-. Usando la sábana de la cama como soga, amarró a la bella Sfaers. Y luego la dejó en la cama. Por un momento pensó en huir, pero al salir de la cabaña se dio cuenta de que no tenía la menor idea de dónde estaba. Regresó y llegó a la conclusión de que lo mejor era esperar a que Qassis despierte.

Se sentó en una silla en la habitación en la que estaba Qassis, pero al rato decidió que mejor era irse a la otra habitación ya que no podía dejar de mirarla si se quedaba. De modo que se fue a la otra habitación dónde había un viejo sofá en el que se sentó. En la habitación había agua, raciones de carne seca y una nota escrita en un idioma desconocido para él.

Mientras esperaba, Zzassross guardó la nota, comió la carne y bebió del agua. Luego se puso a pensar en que de seguro sus padres estarían muy preocupados. Pero luego recordó que en realidad él iba a llegar aún dentro de más o menos mes y medio de viaje, por tanto pensarían que aún se encontraba en camino.

Luego de mucho tiempo, Zzassross escuchó los quejidos de Qassis desde la otra habitación. Va rápidamente hacia ella y...

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